Anemia ferropénica

Glóbulos rojos

Anemia ferropénica

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Anemia ferropénica y alimentación

La anemia ferropénica es la variante más frecuente de la anemia. Se traduce en un descenso del número de glóbulos rojos debido al déficit de hierro. Los síntomas más comunes son: cansancio, fatiga, caída de pelo, pelo y uñas frágiles, palidez, irritabilidad, entre otras. Es muy importante tener una alimentación adecuada para prevenir y tratar este tipo de anemia

Glóbulos rojos

La palabra «anemia» no implica per sé un déficit de hierro. La anemia es un estado en el que el número de glóbulos rojos o la cantidad de hemoglobina contenida en ellos se encuentran por debajo de lo normal. Esto puede deberse a una baja producción de glóbulos rojos o hematíes (por ejemplo, debido a un déficit de hierro o vitaminas), pérdidas abundantes o porque estos son destruidos demasiado rápido y nuestro cuerpo no logra reemplazar las pérdidas.

Existe diferentes tipos de anemia:

  • Anemia ferropénica o por déficit de hierro. 
  • Anemia por déficit de ácido fólico o vitamina B9.
  • Anemia por déficit de vitamina B12.
  • Anemias hemolíticas, cuando los glóbulos rojos son destruidos a un ritmo demasiado rápido para ser reemplazados.
  • Anemia por enfermedades crónicas, como las enfermedades inflamatorias crónicas, cáncer, hepatopatías o sida.
  • Talasemia, frecuente en personas de origen mediterráneo.
  • Anemia falciforme, característica por la forma de hoz o luna creciente de los hematíes.
Estos son algunos de los tipos de anemia, pero hay otros producidos por déficits de nutrientes o patologías.

La anemia ferropénica o por déficit de hierro es el tipo más común. Ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente hierro para producir hemoglobina, componente esencial de los glóbulos rojos. 

Las causas más frecuentes son: 

  1. Ingesta insuficiente de hierro: dietas muy bajas en calorías,  alimentación vegetariana o vegana sin una planificación adecuada, alimentación mal planificada, alcoholismo, etc.
  2. Absorción deficiente de hierro: condiciones como la enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, diarrea crónica o cirugías gastrointestinales pueden afectar la capacidad del cuerpo para absorber hierro.
  3. Pérdida de sangre: sangrado gastrointestinal o periodos menstruales abundantes. Por ello, la anemia ferropénica es común en mujeres en edad fértil.
  4. Necesidades incrementadas: el embarazo y la lactancia aumentan los requerimientos de hierro en el cuerpo.

Síntomas de la anemia por déficit de hierro:

  • Fatiga y debilidad
  • Palidez de la piel y mucosas
  • Dificultad para respirar o dolor en el pecho
  • Mareos o sensación de desmayo
  • Palpitaciones cardíacas
  • Dolores de cabeza
  • Manos y pies fríos
  • Fragilidad en las uñas

Diagnóstico:

El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre que evalúa el nivel de hemoglobina y ferritina, para distinguir de otros tipos de anemia. 

 

Tratamiento

a) Dietético

El tratamiento dietético se enfoca en incrementar la ingesta de hierro y mejorar su absorción:

  • Alimentos ricos en hierro, como: berberechos, mejillones carnes rojas (con moderación), yema de huevo, legumbres, frutos secos y semillas…
  • Mejorar la absorción de hierro, acompañando los alimentos ricos en este mineral con  alimentos ricos en vitamina C. Algunos alimentos ricos en vitamina C: pimientos, perejil, cítricos, kiwi, fresas, papaya, brócoli, etc.
  • Evitar los compuestos que inhiban la absorción del hierro. Por ejemplo: calcio, fitatos, oxalatos y polifenoles. Por ello, alimentos y bebidas como lácteos, café, té y vino pueden interferir con la absorción de hierro y es recomendable separar tu toma de la ingesta de hierro.

b) Farmacológico

Si la dieta no es suficiente, se pueden prescribir suplementos de hierro:

  • Administración oral. Es la forma más común. Puede causar efectos secundarios gastrointestinales como estreñimiento o náuseas.
  • Hierro intravenoso. En casos de mala absorción o necesidades rápidas, el hierro puede administrarse vía intravenosa.
Anemia ferropénica

Prevención:

  • Mantener una dieta equilibrada, incorporando alimentos ricos en hierro.
  • Realizar chequeos regulares, especialmente en grupos de alto riesgo como mujeres menstruantes, embarazadas, y personas con enfermedades crónicas.
  • Es muy importante consultar a un especialista antes de tomar suplementos de hierro.

La anemia ferropénica es un problema de salud tratable y, en muchos casos, prevenible. Una combinación de estrategias dietéticas y farmacológicas, bajo la supervisión de un profesional de la salud, puede ayudar a controlar eficazmente este tipo de anemia.