Duración de un ciclo saludable
Duración de un ciclo menstrual saludable
A pesar de que el ciclo, la menstruación o la regla es algo que nos acompaña la mayor parte de nuestras vidas, en muchas ocasiones no conocemos bien. ¿Cuánto dura un ciclo normal? ¿Si son más o menos de 28 días algo va mal? ¿Es lo mismo ciclo y regla? ¿Cuál es el primer día del ciclo?
En este post responderé a estas preguntas y entenderás qué es un ciclo saludable, su duración, sus fases, cuándo realmente empieza y cómo puedes mejorarlo.
Isometrik, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons
¿Cuándo empieza el ciclo?
Lo primero, es importante aclarar cuándo realmente empieza el ciclo. Muchas mujeres creen que el primer día del ciclo es el primer día tras la regla y realmente esto no es así. El primer día del ciclo es el primer día de menstruación o sangrado. Por lo tanto, el ciclo la duración de un ciclo es desde el primer día de sangrado hasta el día anterior de la próxima menstruación.
¿Cuánto dura un ciclo normal y saludable?
Otro gran mito es que el ciclo normal debe durar 28 días. Realmente la duración normal puede variar entre 21 y 35 días (hasta 45 días en casos de SOP) y 28 días es la duración media del ciclo.
Fases del ciclo
Para comprender con facilidad del ciclo menstrual, podemos dividir este en: fase pre-ovulación o folicular, ovulación y fase post-ovulación o lútea.
Durante estas fases se producen diversos cambios en los ovarios y en el útero, debido a las fluctuaciones hormonales.
1. Fase folicular:
El ciclo y la fase folicular comienzan con el primer día de regla, periodo o menstruación y dura hasta el día 14, aproximadamente.
El sangrado se produce debido al desprendimiento del endometrio (capa superior del útero), ya que no se ha producido la implantación embrionaria.
La hormona foliculoestimulante (FSH) aumenta ligeramente y estimula el desarrollo de varios folículos de los ovarios, cada uno con un óvulo. Más tarde en esta fase, a medida que la concentración de FSH disminuye, normalmente queda solo uno de folículos.
Tras la menstruación, comienza la fase proliferativa, en la que además de la FSH, también aumentan los estrógenos. Los estrógenos favorecen el engrosamiento del endometrio (preparando el útero para el posible embarazo) y también hacen que el moco cervical sea más elástico y acuoso, favoreciendo la entrada de los espermatozoides.
2. Ovulación:
La ovulación o liberación del óvulo se produce 12-36 horas tras el pico de secreción de la hormona luteinizante (LH), aproximadamente el día 14 del ciclo. También hay un aumento de la hormona FSH.
El nivel de estrógenos llega a su punto máximo y el de progesterona comienza a elevarse. El cérvix se abre, debido a la subida de estrógenos, facilitando la fecundación.
Mientras, en el útero continúa en fase proliferativa, preparado para el posible embarazo.
Síntomas durante la ovulación: tensión en los pechos, hinchazón abdominal, aumento de energía, aumento de sensibilidad en la piel o las mamas y molestias en la zona de los ovarios.
3. Fase lútea:
Es la última fase, post-ovulatoria o secretora (útero). Empieza justo después de la ovulación y dura hasta el final del ciclo menstrual, hasta que vuelve a haber un sangrado.
El óvulo pasa a una de las trompas de Falopio. En el caso de no ser fecundado tras aproximadamente 24-48 horas, el óvulo envejecerá y será desechado.
A su vez, una vez que el folículo libera el óvulo se convierte en el cuerpo lúteo. El cuerpo lúteo produce progesterona, que tiene los siguientes efectos:
- Prepara al útero para una posible implantación del embrión: engrosando el endometrio, acumulando líquidos y nutrientes para alimentar al posible embrión.
- Hace que la mucosidad en el cuello uterino sea más espesa, dificultando la entrada de espermatozoides y bacterias.
- Provoca un ligero aumento de la temperatura corporal basal durante la fase lútea y hace que continúe elevada hasta que se inicie el periodo menstrual.
Si no se produce la fecundación tras 9 a 11 días tras la ovulación, el cuerpo lúteo se desintegra y el descenso de la progesterona da lugar a la menstruación.
Importante…
Tener sangrado no siempre significa que ha habido ovulación. En algunos casos (anticonceptivos y otros tratamientos hormonales, síndrome de ovario poliquístico, hipotiroidismo, hiperprolactinemia, etc.) se produce un ciclo anovulatorio en dónde sí hay sangrado, pero no ovulación. Esto se debe al engrosamiento del endometrio y su posterior desprendimiento, pero el ciclo menstrual está totalmente suprimido y la producción de hormonas alterada.
La parte más importante del ciclo no es la menstruación, es la ovulación. Si no hay ovulación no habrá unos niveles óptimos de hormonas ni tampoco se producirán de forma suficiente.
Resumiendo...
- Cada cuerpo y cada ciclo son diferentes y eso es totalmente normal. Las fases del ciclo no tienen una duración exacta y eso hace que el ciclo de cada mujer tenga una duración diferente. Incluso la duración de nuestro ciclo varía con el tiempo y puede oscilar debido a una serie de factores como: estrés físico o psicológico, alimentación, descanso, ejercicio, etc.
¿Cuándo realmente debo preocuparme? Cuando de manera repetida tienes:
- Ciclos muy cortos o con una duración menor de 21 días.
- Ciclos muy largos o de más de 35 días.
- Ciclos irregulares, habiendo una variación de más de 9 días entre un ciclo y otro.
- Sangrado muy abundante o un sangrado de duración superior a siete días.
- Sangrados muy escasos o simplemente manchado.
- Menstruación dolorosa o síndrome prementrual (SPM) muy acusado. La regla puede molestar, pero no debe doler. Menos aún, tener dolor incapacitante.
2. Al utilizar anticonceptivos para regular el ciclo lo que hacemos realmente es inhibirlo, ya se suprime la fase de la ovulación.
Para tratar de verdad el problema es necesario hacerlo de raíz y que el propio cuerpo sea capaz de regular la producción de hormonas y el ciclo. Todo ello se puede conseguir mediante una alimentación adecuada, ejercicio físico, descanso, control del estrés y, en algunos casos, suplementos.
Si sufres cualquier alteración menstrual, acude a un médico especialista para un adecuado diagnóstico. Además, unos hábitos saludables (sueño, alimentación, deporte, etc.) pueden ser la clave para tener un ciclo normal.